miércoles, 9 de julio de 2014

PERDERSE PARA ENCONTRARSE

Después de casi un mesecito retomo mi refugio de pensamientos y desahogo. Este lugar donde me siento dentro de mi zona de confort”, donde de un modo u otro dejo libres las palabras que rondan mi cabeza.

Quiero hacer un balance de todo lo sucedido en un año hacia atrás. Se me escapa una sonrisa solamente al saber que “ellas” han estado a mi lado compartiendo todo tipo de sentimientos y momentos inolvidables. Una mueca al recordar alguna que otra noche de soledad, tropiezos que al fin y al cabo solo quedan en eso. Una lágrima “por ti” asumiendo que no funcionó pero siempre junto a una sonrisa recordando las mejores noches de insomnio de mi vida. 



Hubo un tiempo en el que estaba realmente perdida. Y no hay peor sensación que no saber hacia dónde ir, que hacer, que paso dar sin caer al precipicio. Te miras al espejo y no eres tu quien está al otro lado. Ya no eres esa niña alegre con las mejillas sonrojadas, ahora tienes ojeras y un semblante serio. Te refugias en cosas que te hacen no pensar evadiendo asumir tu situación de incomodidad y descontrol.

En todo ese tiempo conoces a personas que viven años en ese estado. Probando todo tipo de pieles como si de un perfume barato se tratara. Gente que dice “querer encontrar” el amor de su vida cuando realmente no se ha encontrado a si misma. Se creen sus mentiras al pie de la letra. Gente conformista que no tiene el valor de afrontar su propia situación y se dedican a “joder” lo que significa la palabra “amor”. Ese tipo de personas que no asumen que todo tiene un límite, pero que aun así pierden la dignidad antes de verse solas. Perderte un tiempo es normal pero, perderte toda la vida es PELIGROSO.

Pero yo,  ME  ENCONTRÉ.

Convertí al AMOR” en mi motor principal. Comencé a superar metas, a centrarme en lo que realmente quería. Y poco a poco volví a ser esa chica alocada, volví a vestirme con sonrisas. Construí una “nueva familia” de gente que te transmite buen rollo, en la que poder apoyarte. Aparté de mi camino todo lo que me hacía daño. Aprendí que un abrazo puede llegar a pegar todos tus pedazos rotos. Y lo más importante…

Comprendí que no importa lo que nos haya hecho la vida, no importan las pocas fuerzas que nos queden o el dolor sufrido. Algún día pasaremos a la historia, así que de momento VIVAMOS. Pero de forma que amemos lo que hacemos, siendo fieles a nuestros principios y entendiendo que la felicidad está en uno mismo y no al lado de nadie. Cuando entiendas esto comenzarás a VIVIR y te habrás dado cuenta de que la tarea más difícil en este mundo es encontrarse a uno mismo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario