martes, 23 de septiembre de 2014

MIÉNTEME

Miénteme, porque me encanta que me mientas. Que me digas que me echas de menos aunque no sea cierto. Que me cameles con tus palabras y luego salgas corriendo.

Dime que me adoras, hazme sentir única. Dame los buenos días y las buenas noches como haces con todas. Cuéntame tus miedos así yo podré contarte los míos. Haz como si te preocuparas por mí aunque luego no prestes ni la mínima atención de lo que te cuento.

Llámame fea, contéstame a los mensajes cuando no tengas nada mejor que hacer, juguemos al perro y al gato. Háblame de futuro aunque no creas en él. Acuéstate a mi espalda, abrázame y despiértame de madrugada consiguiendo lo único que quieres de mí.

Búscame cuando te aburras porque yo voy a estar ahí para contestarte. Muestra interés por mí. Mírame a los ojos y no medies palabra porque sabes que lo que vas a decir es mentira.
Regálame los oídos, sabes lo que quiero oír. Bésame, pero pensando en otra.

Miénteme, porque me encanta que me mientas. Entiende que si dejas de hacerlo apagarás lo que has encendido en mí.

Y ahora huye, sal corriendo, porque he aprendido del mejor. Ahora yo también se mentir.
Tengo un alma, y está cargada.




martes, 16 de septiembre de 2014

EL EQUILIBRIO

Cada vez es más normal conocer personas extremistas. O blanco o negro…
No tienen punto medio. O estás muy triste o súper contenta, quieres todo o no quieres nada… Y no se trata de un estado de ánimo de una mujer, tal y como lo pueden catalogar algunas personas, sino de una parte de esta sociedad que está DESEQUILIBRADA.
¿Cuántas veces hemos oído estas frases?

…TODOS LOS HOMBRES/MUJERES SON IGUALES…
 “…ES QUE ME HAN HECHO MUCHO DAÑO…

Circulan por todas bocas de forma habitual, como si diciéndolo quisiéramos advertir algo, catalogando a todas las personas por igual. Dejando el corazón siempre de lado como si mandáramos en él.
Y yo me pregunto, en cuanto al tema del amor, ¿dónde está el equilibrio?
Cuando conoces a una persona automáticamente la analizas. Cuando llevas un  tiempo en este mundo de “citas” se podría decir que en la tercera vez que os veis ya sabes si esa persona te gusta o no. Si no te gusta continúas tu viaje, pero… ahora viene realmente el “INTRINCULIS”.

¿Y SI TE GUSTA?

Primero tienes una sensación de estar en una nube, una nube de la que no quieres bajar, pero sabes perfectamente que el único camino para volver a tierra firme es SALTANDO. Dándote de nuevo de bruces contra el suelo. Eres muy consciente de ello, pero solo hay dos caminos o arriesgas todo o no arriesgas nada, no hay posible punto medio. No existe el equilibrio porque en el momento que no arriesgas nada no te mueves, evitas sentir, evitas lo evidente. Y si lo arriesgas todo sabes que es posible que te hagan daño pero también cabe la posibilidad de que no sea así.



Yo solo puedo creer que el único punto medio en esta balanza, el gris entre el blanco y el negro, el EQUILIBRIO se trata ni más ni menos que del MIEDO.

El miedo es el causante de que en ocasiones no disfrutemos del viaje tan placentero que es el amor. Sentir miedo puede que nos mantenga en medio de esa balanza, pero yo, que me considero una persona “desequilibrada” prefiero estar en los extremos. O te quiero mucho o no te quiero nada, el amor no entiende de medias tintas. A pesar de que en ocasiones sientas morir de dolor, de que el golpe no haya sido amortiguado, debes levantarte y seguir. Llega un momento en el que antes de caer aprendemos a ponernos un casco, porque somos conscientes de que al arriesgar cabe la posibilidad salir heridos.


Así que no debemos quedarnos en medio de la balanza porque realmente la única forma sensata de amar es con LOCURA.

miércoles, 9 de julio de 2014

PERDERSE PARA ENCONTRARSE

Después de casi un mesecito retomo mi refugio de pensamientos y desahogo. Este lugar donde me siento dentro de mi zona de confort”, donde de un modo u otro dejo libres las palabras que rondan mi cabeza.

Quiero hacer un balance de todo lo sucedido en un año hacia atrás. Se me escapa una sonrisa solamente al saber que “ellas” han estado a mi lado compartiendo todo tipo de sentimientos y momentos inolvidables. Una mueca al recordar alguna que otra noche de soledad, tropiezos que al fin y al cabo solo quedan en eso. Una lágrima “por ti” asumiendo que no funcionó pero siempre junto a una sonrisa recordando las mejores noches de insomnio de mi vida. 



Hubo un tiempo en el que estaba realmente perdida. Y no hay peor sensación que no saber hacia dónde ir, que hacer, que paso dar sin caer al precipicio. Te miras al espejo y no eres tu quien está al otro lado. Ya no eres esa niña alegre con las mejillas sonrojadas, ahora tienes ojeras y un semblante serio. Te refugias en cosas que te hacen no pensar evadiendo asumir tu situación de incomodidad y descontrol.

En todo ese tiempo conoces a personas que viven años en ese estado. Probando todo tipo de pieles como si de un perfume barato se tratara. Gente que dice “querer encontrar” el amor de su vida cuando realmente no se ha encontrado a si misma. Se creen sus mentiras al pie de la letra. Gente conformista que no tiene el valor de afrontar su propia situación y se dedican a “joder” lo que significa la palabra “amor”. Ese tipo de personas que no asumen que todo tiene un límite, pero que aun así pierden la dignidad antes de verse solas. Perderte un tiempo es normal pero, perderte toda la vida es PELIGROSO.

Pero yo,  ME  ENCONTRÉ.

Convertí al AMOR” en mi motor principal. Comencé a superar metas, a centrarme en lo que realmente quería. Y poco a poco volví a ser esa chica alocada, volví a vestirme con sonrisas. Construí una “nueva familia” de gente que te transmite buen rollo, en la que poder apoyarte. Aparté de mi camino todo lo que me hacía daño. Aprendí que un abrazo puede llegar a pegar todos tus pedazos rotos. Y lo más importante…

Comprendí que no importa lo que nos haya hecho la vida, no importan las pocas fuerzas que nos queden o el dolor sufrido. Algún día pasaremos a la historia, así que de momento VIVAMOS. Pero de forma que amemos lo que hacemos, siendo fieles a nuestros principios y entendiendo que la felicidad está en uno mismo y no al lado de nadie. Cuando entiendas esto comenzarás a VIVIR y te habrás dado cuenta de que la tarea más difícil en este mundo es encontrarse a uno mismo.


jueves, 12 de junio de 2014

QUIERO

¿Qué quiero?

Buena pregunta, muchas veces en la vida no sabemos responderla. Quizás yo empiece esta lista por el lado opuesto:

No quiero… mentiras, para mí solo existe un camino mirando al frente y con la verdad por delante.

No quiero… te quiero a des tiempos, el amor no entiende de eso.

No quiero… enfados tontos, cuantos de nosotros nos hemos ido a la cama enfadados por una cosa simple y estúpida, pero sin embargo, el orgullo no nos ha dejado girarnos y pedir disculpas o descolgar el teléfono y decir… “Lo siento”.

No quiero… celos enfermizos, si te he elegido a ti es por una simple y sencilla razón, NO QUIERO A NADIE MAS.

Pero también tengo muy claro lo que quiero…

Quiero… Amarte y que me ames, reír y llorar a tu lado, apoyarme en la columna y no parar de mirarte hasta que me comas a besos, cocinar bailando contigo, pasear por Ikea y probar 10 sofás diferentes y no salir de allí sin comernos un perrito, cantar y bailar bajo la ducha porque sé que me estas escuchando y te estas muriendo de la risa, preparar tu cena favorita, besarte sin venir a cuento cuando menos te lo esperes, quiero que tengas tu espacio porque yo también necesito el mío, quiero confiar en ti porque cuando decidí amarte te di la parte más importante de mí, quiero hacer locuras un día cualquiera, mirar millones de atardeceres a tu lado, visitar todos los rincones del mundo contigo, quiero que cojas mi mano cuando no me tenga en pie y caiga enferma, pasar un domingo tirados en la cama vagabundeando, hacerte reír cuando algo te entristezca y darte todo mi apoyo con un gran abrazo, tocarte el culo por la calle mientras caminamos tranquilamente, acariciarte la nuca mientras conduces, cantar en el coche y hacerte mil tonterías, que me sorprendas una mañana con el más rico de los desayunos, que me llames por un mogollón de motes cariñosos, que me despiertes de madrugada con el mejor de los pretextos, sentirte cerca cuando duermo, que nunca dejes de besarme la espalda. Que con todos estos detalles nos enamoremos el uno al otro como el primer día.

Solo tengo una pega…

Quiero poder hacer todo esto sin MIEDO  a que me rompan de nuevo en mil pedazos, no llorar ni una sola vez más y si lo hago que sea de alegría.

Quiero que mi siguiente historia dure por lo menos…

…TODA LA VIDA…


viernes, 30 de mayo de 2014

PIEDRAS EN EL CAMINO

“El distraído tropezó con ella. El violento la utilizó como proyectil. El emperador construyó con ella. El campesino cansado la utilizó como asiento. Para los niños fue un juguete. David mató a Goliat y Miguel Ángel le sacó la más bella escultura.
En todos los casos, la diferencia no estuvo en la piedra, sino en la persona.
No existe piedra en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento.”

Constantemente estamos tropezando con “piedras”. Unas se nos meten en el zapato, otras nos hacen hasta sangre, algunas las cogemos y las guardamos, son afiladas, redondas, pequeñas, grandes, de colores… Hay una gran colección de ellas…
Cuando era pequeña y volvía del colegio solía dar patadas a una piedra hasta llegar a mi casa, ¿Qué pasaba cuando llegaba? ¿La dejaba? Al fin y al cabo era una piedra vulgar, de la calle, fea… y, allí terminaba. Pasaron los años y esa piedra siempre se quedaba en la calle después de haberme acompañado hasta mi casa. Pero un día ROMPÍ LAS REGLAS DE MI JUEGO y LA COGÍ.

¿Por qué no iba a hacerlo? En ese momento comprendí que las personas que quieran acompañarte en tu camino son lo más valioso en este mundo. 


Puede que no lo veas al momento pero con el tiempo te das cuenta de quienes son. Quizás esa persona que conoces de rebote y comienzas a ver que tienes muchas cosas en común, empiezas a sentirte como si hablaras contigo misma y a su lado las horas parecen minutos.

Esa persona con la que veías los dibujos pero que vive lejos y  por mucho que pasen los años sólo con tu voz sabe que algo te pasa, te acaba conociendo más que tú misma (eso en ocasiones asusta), pero a veces no es necesario verla para sentir que está junto a ti.

Cada una de ellas nos aporta algo en nuestra trayectoria, debemos aprovecharlo porque eso nos hace crecer SIEMPRE. Ni las personas que dicen ser solitarias lo son, el tiempo nos hace emblandecernos y necesitas ese abrazo que antes no querías.
Valoremos la amistad en su máximo esplendor porque como bien dice el dicho:


“Quien encuentra un amigo, encuentra un tesoro”

martes, 13 de mayo de 2014

EL LÍMITE DEL ERROR

“¿Qué ha pasado?
Que los chupetes se han convertido en cigarros, el agua en vodka, las bicicletas en coches y los besos en sexo. ¿Te acuerdas cuando volar significaba columpiarse muy rápido? ¿Cuándo “Protección” significaba utilizar casco al ir en bicicleta? ¿Cuándo lo peor que podías recibir de una persona eran piojos? ¿Cuándo sólo amábamos a nuestros padres?

Los hombros de papá eran el lugar más alto del mundo y mamá era la heroína. Tu peor enemigo era tu hermana, los problemas de velocidad eran causados por quién corría más rápido. “Guerra” era sólo un juego y la única droga que conocías era el remedio para la tos. El dolor más fuerte que podías sentir era el de tus rodillas raspadas y “Adiós” significaba sólo “Hasta mañana”.

Todo eso era lo mejor del mundo, pero claro… No pudimos esperar crecer…”



He encontrado este fragmento por Internet y creo que muchos de nosotros estamos de acuerdo en que éramos más felices de pequeños que ahora. Pero debemos crecer, es ley de vida. Y crecer se trata de madurar, de aprender de los errores; porque cometer errores no es malo. Muchas de las lecciones que aprendemos en la vida son de esa forma y yo me pregunto,


¿Dónde está el límite del error?


Cuando eras pequeño aprendías a montar en bicicleta y las primeras veces solías caerte pero jamás tirabas la toalla, lo intentabas una y otra vez hasta que esas heridas de nuestra rodilla tenían costra y desaparecían. Las piernas amoratadas eran nuestra identidad, nuestros logros… Pero todo ha cambiado, ahora vemos peligro en todas partes y principalmente en el corazón. Lo cubrimos con muros, vallas de espinas, lagos con cocodrilos, y aun así permitimos que nos hieran de mil formas sin valorar lo que realmente merecemos.

El “lo siento… no volverá a ocurrir” se ha convertido en el comodín perfecto y las segundas oportunidades han pasado a ser INFINITAS. No valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero… ¿Por qué? ¿Por qué no somos capaces de ver que cuando una persona nos dedica su tiempo nos está regalando lo único que no recuperará jamás…? Hoy en día todo ha perdido valor, todo es de usar, tirar y renovar.

Pero todo tiene un límite y cuando llegamos a ese punto todo se convierte en MIEDO. Ya no subimos a esa bicicleta por miedo a caernos, ya no nos acercamos a nadie para que no nos pegue los piojos, nos columpiamos lento y nuestro juguete favorito es un escudo de hierro. 

martes, 6 de mayo de 2014

LA QUÍMICA DEL AMOR

   Dicen que cuando una relación se termina, hay un punto de inflexión, en el cual morimos de miedo y nos sentimos perdidos. Creemos que la elección que hemos escogido puede que no haya sido la correcta. Pero… ¿sabéis? Todo esto tiene una explicación.
   La FENILETILAMINA es una anfetamina natural como la conocida droga, y puede causar los mismos efectos estimuladores. Contribuye a esa sensación de "estar en el cielo" que aparece cuando hay atracción. Nos da la energía necesaria para mantenernos en pie día y noche con un nuevo amor.
    Cuando ya no estamos con esa persona, dejamos de segregar esa “droga” a la que estamos enganchados y crea sensación de necesidad. Ya somos adictos. ¿Qué podemos hacer?
REHABILITARNOS… Pero como toda rehabilitación primero hay que asumir que tenemos un problema y que ese problema es nuestro y no de la otra persona. Nos sentimos vacíos, infelices, perdidos, inseguros, nerviosos… Y en toda esa confusión dejamos que nos ayuden, pero escuchamos y finalmente hacemos caso omiso a lo que nos están diciendo.
Desde fuera todo se ve desde un punto de vista más fácil pero dentro estamos frente a un muro y con los ojos tapados.


    Todos pensamos que es esa persona la causante de nuestra felicidad, pero nos olvidamos que todos esos momentos tan mágicos son impulsados por ambos. No vale la frase: Soy mejor gracias a ti porque no es cierta. Eres mejor porque quizás has aprendido algo, recuerda que nunca dejamos de crecer, aprender, mejorar, puede que hayas aprendido algo de esa persona pero no eres mejor gracias a ella sino a ti mismo.
    Cuando entiendas eso podrás avanzar, conocerás que la felicidad no depende de nadie, sino que la felicidad está en todas partes. El día en que amaneces un sábado solo en casa y pones música para limpiar y suena tu canción favorita y te pones a bailar con la escoba. Ese día que sales a correr por el paseo marítimo por la noche y ves la catedral y te das cuenta de que vives en una ciudad preciosa y sin poder evitarlo sonríes.
Ese momento en el que vas solo en el coche cantando a grito pelado sin que te importe lo más mínimo que las ventanillas estén bajadas.
    Disfruta de todas esas cosas porque la felicidad no es constante así que si tienes que reír hazlo a carcajada limpia, si vas a llorar hazlo a moco tendido y si tienes que amar hazlo con locura , porque eso que llaman LOCURA es la única forma sensata de amar.